Me llamo Eduardo aunque hoy en día, al llegar a abuelo, me siento mas el Abu Edu que “Eduardito”, que era como me llamaban cuando empecé a cocinar. Soy ingeniero, como presagió mi padre cuando nací, en mi profesión fui girando desde los proyectos y la energías, hacia los bosques y el ambiente. Pero la cocina fue siempre una de mis principales pasiones.

Prácticamente nací cocinando (Ver el Homenaje a Priscila en el inicio del Blog) y no he dejado de hacerlo durante cada día de mi vida. Mientras estudiaba, porque mis horarios no coincidían con el resto de mi familia, cuando me fui a vivir solo porque no tenía otra opción, cuando tuve hijos, porque me daba placer enseñarles a comer sano y variado.

“En esta casa no existe el no me gusta”, era la consigna que aprendieron rápidamente mis hijos. Y en general, cuando probaban mi comida les gustaba y se aficionaban a ella, salvo pocas excepciones que confirman la regla.

Cuando mis hijos iniciaron su vida independiente, vi con alegría que el cocinar era una de los ejemplos que habían tenido influencia en ellos ya que lo intentaban, con éxitos dispares pero que finalmente les permitieron repetir la historia con sus propios hijos –mis nietos– que dan sentido al nombre del blog.

Mi principal intención al escribir este blog, que fue inspiración de mi hijo menor Nicolás, es la de transmitir las recetas tradicionales de nuestra familia a todos sus miembros, y de paso a todo aquél que quiera cocinar cosas ricas y fáciles de hacer. Anímense a cocinar, que la cocina es un arte que permite dar amor a nuestros seres queridos.